viernes, 7 de marzo de 2008

Un poco más cerca de tu nueva habitación

Compartir piso es una moda o una necesidad, o un estilo de vida. Esta modalidad de vivienda ha estado con nosotros desde que nacimos, y estará aquí a la hora de nuestra muerte. Quizás haya estudios sociológicos sobre este tema que no leerás nunca, o estudios históricos o económicos. Poco importa de esto ahora que estás en la etapa de buscar una habitación.

Sólo quieres encontrar una habitación en alquiler con gente maja dentro del piso, y quitarte el problema de encima lo antes posible.

El lugar por excelencia para encontrar una habitación en alquiler son los anuncios clasificados. Puede que haya alguna inmobiliaria que se encargue de este tipo de asuntos, pero desde luego no son muchas las que lo hacen.

Como decía, el mundo de los alquileres de habitaciones, va ligado al mundo de los anuncios clasificados. Son casi dos esferas dentro del mismo prisma que se miran constantemente y sueñan con abrazarse y besarse, aunque algo dentro de ellas les dice que son hermanas. Que quizás nacieron juntas.

No importa nada esta poesía barata cuando lo que en realidad te importa es encontrar lo antes posible una buena habitación en alquiler.

El primer lugar al que debes dirigirte, como decía, son los portales de anuncios clasificados. En páginas webs tales como www.pimpam.net tendrás miles de anuncios de habitaciones. Los puedes buscar por zona o por precio, lo cuál te ayudará a centrar la búsqueda y mudarte lo antes posible.

No olvides el importante papel que puede desempeñar en esta búsqueda que has comenzado, la idea de publicar anuncios tú mismo en los que expreses exactamente lo que buscas (cuanto puedes pagar, y con cuanta gente quieres vivir).

No olvides revisar carteleras en universidades o negocios, y tampoco te olvides de las secciones de anuncios clasificados de los periódicos. Todo sirve, aunque lo que más variedad te ofrecerá son las webs de anuncios clasificados, con una oferta que se renueva constantemente.

El zoo de los estereotipos

La hora ha llegado. Como un detective privado comienzas a hacer llamadas, habla con uno, con otro, y, con tanta ilusión como esperanza comienzas a ver habitaciones en alquiler. Bienvenido al zoo de los estereotipos.

La primera cita. Golpeas la puerta y te abre un estudiante internacional. Comparten el piso con otros cuatro. Dos chicos y dos chicas. Algunos estudian postgrados, los otros son Erasmus. Hay un cincuenta por ciento de posibilidades de fiestas, porro, limpieza de vez en cuando, y quizás conocer novio o novia. O al menos enrollarte con algún visitante de otro país.

La segunda cita te lleva a un piso patera. Otro tipo de inmigración. Allí viven ocho o nueve personas. Cada una de ellas trabaja entre ocho o doce horas al día y seguramente te toca una habitación que da a un patio interno. Hay humedad en algunas paredes. Allí viven algunos recién llegados a la ciudad, y una o dos familias. Son gente maja, trabajadora, y el precio de la habitación es muy razonable.

En la tercera cita te abre la puerta una persona muy pija que quizás tenga un gato siamés dando vueltas por allí. Hay que remarcar que la casa está reluciente, y dudas si ha limpiado esa persona o si ha contratado a alguien que lo haga por ella (deberías verle las camisas o los pantalones a ver si se los han planchado). Esta vez la habitación es luminosa y está amueblada, aunque deberás cuidar esos muebles como si fueran tuyos, o mejor aún, como si fueran obras de arte que valen millones de euros. Todo luce perfecto, hasta la caja de arena del gato está reluciente. Aunque el precio… el precio de esta habitación en alquiler te resulta algo caro.

La cuarta puerta se abre, te atiende un grupo de punkys mezclados con algunos okupas. No entiendes por qué te hacen pagar por una habitación en un piso en el que ellos no pagan alquiler. Tampoco entiendes por qué quieren cobrarte los gastos de luz y agua si ellos no los pagan.

No hay más puertas por hoy.

El día termina.

Estás en estado de shock y aún no has encontrado una habitación para alquilar. Enciendes el ordenador. Vuelves a chequear www.pimpam.net, miras el apartado “Habitación en alquiler”, haces algunos llamados, y planificas el día de mañana. Decides en qué grupo encajas tú, o esperas encontrar algún grupo menos homogéneo en el cuál encajar mejor.